El anuncio realizado por el gobierno nacional revive viejos fantasmas que la ciudadanía argentina había desintegrado y nos interpela acerca de lo que nos está pasando como sociedad.
El anuncio realizado por el gobierno nacional revive viejos fantasmas que la ciudadanía argentina había desintegrado y nos interpela acerca de lo que nos está pasando como sociedad.
Como integrantes de una organización inmersa en el sistema educativo defendemos la formación en valores republicanos y para la capacitación laboral de jóvenes cuyo derecho al estudio y al trabajo no han sido garantizados por el propio Estado. El mismo que ahora irá a buscarlos para que se incorporen a un servicio que estará a cargo del Ministerio de Seguridad.
Nuevamente el gobierno impulsa una acción de control sobre un sector social vulnerado y refuerza los procesos de militarización de la sociedad decidiendo arbitrariamente el destino de sus vidas.
La estrategia nacional no hace más que reforzar los procesos de estigmatización de jóvenes que son abandonados en el acompañamiento de sus trayectorias educativas, privados de un empleo que le garantice la satisfacción de sus necesidades y limitados a realizar una labor que posiblemente lejos esté de su elección y vocación.
El Estado que hoy propone “oportunidades de formación” en manos de la Gendarmería Nacional es el mismo que desmanteló los ámbitos de atención y contención juveniles desfinanciando organismos públicos y reorientado los presupuestos hacia otros fines. También cerró los programas estatales orientados a la construcción de herramientas pedagógicas para hacer efectiva la labor docente en el acompañamiento de los procesos educativos de jóvenes que por diferentes circunstancias debieron abandonar sus estudios. Como una paradoja hoy decide destinar presupuesto, acción y recursos a una tarea voluntaria y lo deja en manos de un ministerio que debe ocuparse del cuidado y seguridad de toda la ciudadanía argentina.
Entendemos además que no se está trabajando sobre las razones que provocan que jóvenes abandonen los estudios obligatorios. Como docentes nos vemos impulsados a declarar que la labor de la Escuela es formar ciudadanía consciente de derechos que habilite a las y los jóvenes para la continuidad de sus estudios y prepararlos para el mundo del trabajo. Una ardua tarea educativa que implica acompañarlos en la búsqueda de sus vocaciones brindando herramientas para la configuración de un proyecto de vida a través del cual puedan concretar algunos de sus sueños.
Silvana Cadahía
Secretaria Adjunta Sadop Rosario