El secretario general del Sindicato de Docentes Particulares de Rosario (Sadop), Martín Lucero, cuestionó la política de distribución de estas computadoras del programa nacional Conectar Igualdad.
por La Capital
El secretario del Sadop Rosario, Martín Lucero, reclamó una política de igualdad en la distribución de netbooks del Plan Conectar Igualdad. "Es un acto de injusticia muy grande que lo que determine la entrega o no de una netbook sea la gestión de la escuela y no la necesidad del chico”, dijo sobre cómo llegan estas computadoras a los alumnos. El plan nacional prevé la entrega de estas máquinas a los estudiantes secundarios de todo el país que asisten a las escuelas públicas, gestionadas por el Estado. Además recordó que no se explica que el mismo Estado reconozca la Asignación Universal por Hijo (AUH) pero no la entrega de estas herramientas.
Según considera Lucero este pedido debería ser tomado por toda la comunidad, en especial por los padres de los alumnos que concurren a las escuelas de gestión privada que no pagan cuotas y son las más humildes. En tanto que desde el gremio de los docentes particulares se sostiene que es un acto de injusticia que no sea una política de igualdad educativa la llegada de estas herramientas para aprender.
Para Lucero la distribución de las netbooks debieran contemplar una mirada universal sobre los más necesitados. Para ser más gráfico recordó que, por ejemplo, escuelas tan pobres como la del Padre Montaldo ubicada en Ludueña o la Nuestra Señora de Itatí en Las Flores no ingresan en esta distribución, es decir a sus alumnos no les llegan las computadoras.
Sin embargo, lo más contradictorio para el dirigente es que sea el mismo Estado el que acredite la pobreza de esos mismos chicos pobres que van a escuelas gratuitas de gestión privada, decida pagarles el 80% de la AUH pero no les entregue las netbooks. "Es algo incoherente, contradictorio por donde se lo mire”, opinó.
También recordó que en el interior de la provincia de Santa Fe hay 48 colegios secundarios privados que son la única opción para los alumnos de esos pueblos. Colegios por lo general edificados de la misma necesidad de estas comunidades, y que tampoco reciben estas computadoras por pertenecer al ámbito de la educación privada.
"Es una política a revisar”, propuso Lucero sobre cómo se decide la distribución de netbooks entre los secundarios. De lo contrario _continuó_ se estaría admitiendo que “hay pobres de primera y pobres de segunda”.
En la visión del dirigente gremial, esta mirada se supera poniendo en el centro de las decisiones “la necesidad de los chicos” para no "profundizar modelos de exclusión".