La conmemoración del asesinato del compañero Carlos Fuentealba nos convoca a defender la memoria

Como docentes contamos con las herramientas suficientes para articular desde la relación profesor – alumno – familia, una reflexión profunda sobre la implicancia que tuvo el asesinato del compañero Fuentealba, para la educación y la lucha gremial, en nuestra provincia y en todo el país.

El asesinato del compañero no puede verse, ni entenderse como un hecho aislado, como un exceso en la represión que llevó adelante la fuerza policial provincial. El autor material fue el Cabo Poblete, pero la mano que ejecutó al docente es el último eslabón de una política intolerante y represiva representada por el entonces Gobernador Jorge Sobisch.

Cuando decimos que debemos reflexionar y compartirlo con la comunidad educativa, nos referimos a la necesidad de que las generaciones futuras comprendan que la protesta y la defensa de los derechos de los trabajadores como salario digno, condiciones y medio ambiente de trabajo adecuado, respeto a las licencias, entre otros, son  herramientas fundamentales en la construcción de una sociedad más justa, y que no hay nada que esté por encima del derecho supremo a la vida.

Es nuestro deber promover desde las instituciones educativas públicas, privadas y en todos los niveles, el respeto a la vida, a la diferencia, al disenso, a defender nuestro legítimo derecho al reclamo sin que por ello nos criminalicen, nos repriman o nos maten.

Este 4 de abril, como desde hace seis años, desde SADOP–NEUQUÉN decimos:

¡¡ Compañero Carlos Fuentealba PRESENTE!!